viernes, 5 de enero de 2007

PRINCESA SOBREVALUADA DE ENCIAS NEGRAS



Cremosa y espesa como si tuviera la boca llena de semen; esta malteada si me ha hecho el día y las fantasías. Estoy sentada en la barra de la cafetería que emula un café de los cincuentas. En la rockola suena The Chordettes y yo no me siento de aquí, ni de allá. Mí libreta se ha desgastado por el uso cotidiano y por mi insistencia de escribir en ella cada detalle de mí asquerosa existencia; aunque realmente no se si sea asquerosa, al menos Paco no decía eso ayer por la noche al meterme la lengua entre las piernas.

- ¡Pinche Mariela, estas bien mojada! -
- ¡Callate y sigue comiendo! No vengo aquí a escuchar tus sermones pseudosmorbosos que simplemente me dan hueva, sigue comiendo y cuando me vaya a venir te aviso -

Solvente humedeciendo su sangre, corrompiéndola con acentuados movimientos sobrevaluados que significan el amanecer de un nuevo ayer. ¿Qué tan enferma puede estar la vida? ¿Qué tan enferma puedo estar yo? Creo que estoy enferma del alma, del cuerpo, de la mente, del coño y del aliento… ¡Puta madre! ¡¡Ese wey me sigue viendo el culo!!; momento… Se parece a Elvis.

- Paco, despierta, viene mí wey, te tienes que largar… -
- ¡No mames, siempre sales con tus pendejadas! ¿Porqué no te vez buen pedo y le dices a tu wey que si los dos te podemos follar al mismo tiempo? Sabes que siempre te la he querido dejar ir por el culo…
- Ya sabes que Pablo es el único que me jode por el ano, así que no insistas… -

Soy muy anal ¿y qué? ¿A quién le importa si me gusta masturbarme con un dedo en el culo y otro en el coño? No creo que al vecino, o a Pablo o al portero del edificio ¿no? Finalmente lo que importa es rendirme enteramente al placer que da la vida, la carne y las tendencias suicidas con las que llevo mí vida; solo ayer fue el intento 47 de quitarme la vida pero por alguna razón nunca logro largarme de este fétido lugar… Tal vez inconcientemente soy una niña fresa, buena y virginal; pero solo eso, en el inconciente y nada más; en mí existencia soy una princesa sobrevaluada de encías negras que vive en las lomas.

- Señorita, ¿Quiere otra malteada? -
- Si, pero esta vez mejor dámela de fresa… -

-X-X-X-

As long as the music is loud enough we wont hear the world falling apart...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Existe simpre una estricta simbiosis entre el poder de la imagen y de la palabra.Una construye a la otra y viceversa.

Este texto, que retrata bien la máscara del otro; que nos hace dilusidar a quién es quien vemos sentado en un cafetería sorbiendo el cafe, bien podría haber sido delineada por el autor plástico norteamericano Edward Hopper.