miércoles, 31 de diciembre de 2008

CARTA A UNA AMIGA IMAGINARIA



¿De verdad entiendes lo que podría llamarse hemorragia cosmopolita? De verdad no creo que haya palabras para describir el mutismo que nos rodea ahora mismo, ni las ganas que teníamos de atravesarnos con navajas de afeitar oxidadas, olvidadas por ellos, por ellas, por ti, por mí; por los dos… ¿Caricias? Lo único que he venido viendo desde hace tanto tiempo es una perdida tuya, ante ti y ante los demás; o al menos ante mí… Iluso fui en creer que significaba algo más que un garabato echo con crayola sobre la pared de aquel departamento viejo lleno de aromas agridulces, como la suela de los zapatos con los que has recorrido el mundo de las estrellas, toda una expedición… Jesucristo es mí vecino, ¿lo sabías? No, no lo sabes, haces caso omiso de mis palabras que sin querer no te llegan porque sola te has tapado la boca, los ojos y los oídos. Y tal vez creas que soy un miserable que trata de encontrar respuestas en una fosa que decidiste abandonar ya hace tiempo, de arriba hacia abajo, de lado a lado y de cabo a acabo… ¿Crees que no lo entiendo?

Se tienen que poner a girar los vyniles porque pronto aprenderé a descargar mí boca, la vibra sobre ese lugar añorado. No me pegues con tu estilo, revoca tus sentidos y tus miradas que aún me llenan de esa sensación que ni tu sabes figurar. ¿Te das cuenta que todo se oscurece? No, no lo vez, ni lo sientes, pero experimentas ese picazón detrás de la nuca; como cuando soplan sobre la tuya… No puedo esperar, no más.

Créeme, no pretendo ser malo, pero es un hábito sucio que se me ha quedado a través del dolor: Recitar las últimas cosas que he sentido a través de la música de la maldita vida o amada, vela como quieras, tiene los dos espectros… Es una pelota transformada en bomba nuclear… Duele, y se hincha, como un auto a toda velocidad bajando por la avenida del mártir ¿pero que es lo que somos? Hay varias cosas que hacer antes de partir… Se acaba hasta que se acaba, lo has dicho tantas veces.

Soy el cuerpo, soy la hora, soy las mangas recostadas; soy una perra de ojos castaño niña... La negación es casi como el río Nilo haciendo alusión a la comunión en mí boca, en mis tallas de despechadas maneras, esas que sueles recordar cuando suspiras, esas que recorren tu espalda como un trueno cada vez que te reanimas… Cuéntaselo, cuéntale el cuento del hombre que supo cavar en ti y desenterrar lo imposible de descubrir de aquellas cavidades tan profundas; dile a aquel.

Curaste la plaga de aquel niño santo, todo lo blanco y dijiste ¡boom! Con tus uñas rojas incrustadas en el yeso de mis ojos, busco respuesta finalmente pero solo encuentro silencios que no suelen ser empáticos; no como antes, pero si con un filo pronunciado que recorre las coyunturas de tu cuerpo y tu piel canela de la cual no me alimento más, desde ya hace tiempo, ¿o no? No se a donde vas, ni si quiera se si te importa que sepamos a dónde vas con tanta prisa, tanta que cuando te sostienes de algo, tiemblas. ¡Bang, bang! Y otra vez ¡bang!

Te reto a que descifres la mitad de Octubre pasando por el principio de Mayo, es un maldito pecador, no tanto como yo, pero yo estoy orgulloso de ello; como si no fuera lo suficientemente agnóstico ¿quieres que te lo pruebe? Todavía no porque va a seguir lloviendo un buen rato o hasta que quieras que pares.

Todo esto siempre ha parecido un baile de calypso, o una carta en la cual te referías al ocho, pero ¿sabes? Ya nada tiene tanto sentido como hace años, meses o días, finalmente esos se los lleva el diablo, como si se los bebiera cualquier día en una cantina bajo el manto de estrellas que solía escribir en tu esencia…

… Creo que esto es un tango, no otra cosa; como tu sobrenombre que es ¡kaboom!.


X/X/X/X/XX/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/X/

As long as the music is loud enough we wont hear the world falling apart...