miércoles, 12 de marzo de 2008

JUVENTUD PANAPHONIC



Creo que te hubiera gustado usar mis dientes, usar mí ropa; usar mí vida como una prenda que se ensucia y es tan desechable como un tampón. Corta cartucho, si quieres rozar esas caderas no lo hagas sola, no hay bailes de salvación ni de redención, solo la pista vacía y tu bailando en el centro de ella, desorientada… desasosegada.

¿Y ahora? Solo observo una pequeña mujer reptando como una enfermedad que quiere comerse al mundo pero al mismo tiempo quiere ser salvada ¿dónde se esconde ese despecho por la vida… o es por mí?

Y estuviste ahí, tuvimos la oportunidad. Para ti siempre fui esa pregunta que nunca tuvo respuesta; y sin que tu lo quisieras siempre pude atravesarte con la mirada, como si fueras transparente, transparente como un muerto que se ha ahogado tantas veces que ha perdido la cuenta de las ocasiones que ha muerto, a veces, casi siempre, tantas veces.

Tienes tanto sueño, tienes tanta hambre, tienes tanto dolor y no te lo has tragado. Tu corazón ha tratado de sangrar tantas veces y te vas por la tangente como si me hablaras, pero yo ya no te escucho.

Todos creyeron que arrancarías la carne del hueso, como un perro rabioso que se antepone sobre las situaciones que detallan cada paso que he dado, como si no supiera que aún me deseas, que aún me piensas y me sientes en su tacto, en sus ojos y en su piel pálida y áspera… Y tal vez a todo esto yo también lo haga, digo, no soy un hijo de puta, tal vez sea un cabrón pero jamás un hijo de puta… No hay sal, no hay dulzura.

¿La lata esta enferma o la enfermedad esta enlatada? Que bonito dilema, finjamos el final y dejemos aquel fin sin final en un callejón donde hay una banda tocando el réquiem de esta vida, la tuya y la mía… Ni esperes que Jesús toque el acordeón, el esta clavado a una cruz.

x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x

As long as the music is loud enough we wont hear the world falling apart...