jueves, 25 de enero de 2007

PIZZA HACIA EL INFIERNO



El cielo tiene un tinte algo magenta, violeta y azul; pedazos de diamantina hay sobre el suelo y sobre los parpados de los niños que se han dejado reconstruir con el tiempo, y el soplo de la perversión que es el recordatorio de que ni el tiempo lo destruye todo; aunque así parezca, es la bala en mí arma.

- Mira, allá arriba hay un espejo… -
- Dame la cámara y observa sin observar, yo me encargo -
- No se te olvide mandarme las copias de esas fotos, pueden servir para algo en un futuro no muy lejano -
- No hay tos, ya sabes, yo las mando -

Las calles eran ambiguas, desconocidamente conocidas para mí, el silencio que llenaba ese ruidoso ambiente era nuevo para mí, anónimo, improvisado y métrico.

- Déjame asomar la cara por aquí, como si fuera Alicia a través del espejo, ¡tómame una foto porque luego vas tu! -

Así me sentía, como si hubiera atravesado alguna clase de espejo que me dirigía por vicisitudes que tenían una cantidad absurda de opiatos, de rencillas cuestionables y sonrisas que me traspasaban; sumándole la realidad brutalmente cabrona que me decía: ¿A dónde vas hijo de la chingada?.

- Tengo hambre, ¿tu no? -
- Si, la panza me gruñe como un ogro ¡jajaj!... Chale, no hay nada en el refrigerador -
- ¡Te picho una pizza! -
- ¡¡Ya vaz!! -

Cuando llegué aquí alguien me dijo que me había traído la lluvia conmigo de esa tierra mía donde llueve chorros’; espero que eso no sea un sinónimo de mí pesar sentimental en este lugar, en esta casa, en este cuarto frente al de ella, en esta vida pero sobretodo en ella.

- ¡La pizza es para atascarse! -
- Si, pero cuando tienes algo con que pasártela ¡jajaja! -
- No hay nada más que café, ¿le echamos hielo? -

Si no hubiera sido por nosotros aquellas grandes cadenas de café “ejecutivo” no hubieran triunfado ya que fuimos y somos los pioneros del café frappe sin realmente saberlo… ¡Diablos!... El halo de la pantalla de la tele de la cocina gorgoreaba en nuestras pupilas ansiosas de deconstruir lo reconstruido buscando esas añoranzas mutuas que suplicaban por un suicidio asistido.

- ¿Qué rol, buenas… tardes? -
- Callate, pinche cruda horrible –
- Te lo dije… -
- Ayer mientras te escribía abuse de tus discos -
- ¿Estoy aquí y ¡me escribes!? -
- Si, igual que tu a mí -

No se que fui a buscar o a encontrar; pero lo que haya sido tengo la incertidumbre perra de que ya lo hice, lo hago y lo haré al compás del ritmo de la muerte que baila con New Order a mis espaldas.


Dedicado a Annie…

X-X-X-X-X-X-X-X-X-X-X-X-X

As long as the music is loud enough we wont hear the world falling apart...

3 comentarios:

Musique* dijo...

plaf!

Anhelo dijo...

Dedicado a mí.
Has andado muy nostálgico.
Yo no he tenido tiempo para eso todavía. Deja que tenga hijos y mientras me aburra de verlos jugar en el jardín,pensaré en lo que hemos vivido juntos.

Anónimo dijo...

Un texto, una vez más y como ya lo he platicado con el buen David, apabullante por la rapidez de sus imágenes y voces como susurros constantes que ensordecen.

Sígale dando a la talacha mi David, que hay mucho que dar!!

Siempre, con cariño...