domingo, 17 de mayo de 2009

EL LADO OSCURO DE LA LUNA


Hay un parpado en la luna que me observa y me desagarra con cada palabra, con cada toque, con cada aliento que suspira a mis espaldas sin que lo escuche y sin posibilidad de que lo capture entre mis manos para observarlo a hurtadillas y entender el porqué; ese porqué, que al momento, me tiene impávido ante la resemblanza de los astros cobijados bajo el mismo signo separados por cuatro escalones de distancia entre la sombra y la luz.

El terror es un signo de alerta que comparte mi espinado corazón con las preguntas que todos los días me hago, mirando esos dos astros posados sobre esas líneas suaves y tenues en las que sin saber la razón, encuentro tantas respuestas a preguntas que jamás me había cuestionado, pero que con novato conocimiento descubro su existencia perpetua en los abismos más oscuros de mi mente.

Maldigo al universo, a los Dioses antiguos y al destino imberbe que busca desamarrar de esta catástrofe lo más lánguido de la vida traducido a miradas largas, silencios plenos y aromas relajantes que se encuentran en los rincones de la puta vida que continua abalanzándose apresuradamente como una bala hacia la sien del destino… Y sigo esperando y sonriendo.

No se mucho, no imagino, solo siento a través de mis sentidos ciegos lo borroso que se ve el porvenir entre el humo de una escopeta recién usada; no pregunto, solo admito, desconozco y voy conociendo a la dueña de ese parpado en la luna que se escribe en mis páginas día a día, más y más.


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As long as the music is loud enough we wont hear the world falling apart...

sábado, 2 de mayo de 2009

SUICIDIO DIVINO


¿Y de qué sirve si sigues guardando esqueletos en tu armario… O a la vista de todos?... Si te fijas bien, es una danza rancia que pretende buscar tus palabras y miradas de toda la vida, olvidadas; esas que me daban hueva y hasta el momento, me siguen dando hueva. No se a dónde pretendes llegar con esas actitudes, con esos intentos de ponerte en el papel de la víctima cuando tu, ¡oh femme fatale!, siempre te has sabido arrancar las faldas para el mejor postor; y no usas calzones; eso es solo un oscuro reflejo de lo que ahora eres y que nunca imaginaste ser, ¿por obligación o por motivación? Presencia pues este divino suicidio, una sinfonía sincopada que resume las palabras que se han olvidado… ¿Y sigues envenenando a los míos, a las mías, a todos? ¡que flojera!.

No se a donde pretendiste llegar o en que momento perdiste la dirección de tu pequeña venganza personal, esa que dibujaste sobre el cofre de mí auto con sangre y vómito y que sin quererlo, perdió el sentido e impulso que tu aliento escueto le imprimió. Una imagen parecida a una de esas canciones que escribe ese que te abandona cada noche; por días y semanas para llenarte de dudas y contagios de escalas bíblicas que prefieres convertir en poluciones nocturnas.

Me llamabas el hombre con la honestidad de la sangre de Cristo, un personaje propio de un libro de J.D. Salinger que al rogarle por sexo, te miraba como si sus ojos fuesen su miembro y su espíritu las embestidas que tratarían de lograr lo inalcanzable: La rendición en silencio de tu existencia, esa que he preferido enterrar. Para tu sorpresa, hoy bebo junto a una de las más bellas blasfemias, comparto una momento con el grito del silencio que despierta terror sospechoso y después de veinte años de luchar contra tus herejes y tus asesinos, observo como mí templo se desmorona, pero al fin y al cabo lo construiste con tus manos, no las mías, y aún tratas de erigir las ruinas que tu trajiste sin pensarlo o sentirlo, impulsiva, obtusa y obtusa… Vaya joyita.

Quedó un agujero en mí corazón, pero eso no me hace menos divino. Me crucificaste ese día y al final, con tristeza, me miraste marcharme con esos alter-egos que tanto envidiabas.

El miedo tiene miedo de mí, corazón.


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As long as the music is loud enough we wont hear the world falling apart...